Pasado, presente y futuro. Simples tiempos verbales. Tiempos verbales que acaban convirtiéndose en cárceles. Porque todos queremos disfrutar los pequeños momentos, en eso se basa la vida y la felicidad, ¿no?
Pues no todo el mundo opina igual. Hay gente que no se da cuenta de lo que está viviendo porque vive enterrada en recuerdos. Pierde su valioso tiempo rememorando momentos felices sin darse cuenta que está perdiendo la oportunidad de vivir otros que lo serán aún más.
Gente que se olvida de que está viviendo para labrarse un buen futuro con un trabajo digno de arruinar cada tarde de su juventud encerrado en su habitación delante de un libro. Porque no se da cuenta de que está en la flor de la vida, donde los problemas no existen con unos buenos cascos y la música a todo volumen. Porque se está perdiendo su adolescencia, no esta haciendo locuras, riéndose, divirtiéndose, ¿todo para qué? Para que cuando sea un cuerentón barrigudo con hijos y mujer sin ganas de volverse loco con los amigos, se dé cuenta de que llevar traje y un sueldo alto a casa cada día, le a costado perderse la época más feliz de su vida. Época que ya nunca va a poder recuperar. Porque mira atrás y no tiene recuerdos que rememorar. Porque ha perdido el pasado, el presente y no tiene ningún futuro que labrar.
Así que, yo os doy un consejo, ¡os pido un favor! Disfrutad ahora que sois jóvenes, pero no olvidéis los recuerdo que os han hecho felices, renovádlos. Y no olvidéis el futuro, pero que no se convierta en vuestra cárcel.
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